Visita a LAS PALMAS
La treintena larga de socios que despegamos puntualmente de Barajas en un A-321 de Iberia Exprés, llegamos al Aeropuerto de Las Palmas sin más novedad que la acogida y buenos augurios que la Señora Comandante dedicó a la expedición por los altavoces.
En Gando nos recogió el autobús contratado para todos nuestros desplazamientos y nos dejó en el Hotel, al ladito de Las Canteras, junto al Cristina.
Tras instalarnos, caminamos hasta el cercano Restaurante "La marinera", en la Isleta, donde se nos ofreció una excelente comida canaria (no digo "completa" porque hubo alguna crÃtica a las papas poco arrugás y al cambio del cherne por la vieja, pero ya se sabe...)
Tras una buena siesta, visita a la Casa-Museo de Colón que nos fue mostrada por la mismÃsima directora -Dª Elena Acosta- a quien dedicamos una Metopa en agradecimiento a su amable y completa guÃa. El resto de la tarde nos permitió asomarnos a la Catedral y agotar el dÃa callejeando por Triana y Vegueta.
El segundo dÃa (28) lo dedicamos a la Base Aérea. Tras el briefing general del Coronel Torres (hijo de Torres Arias, "M") recorrimos todas las instalaciones de las diferentes unidades que constituyen el Ala 36, SAR etc, acabando en el Torreón, cuyas instalaciones nos sorprendieron (gratamente) a casi todos, pues lo recordábamos en ruinas.
La Comida en el Pabellón de Oficiales, fue magnÃfica y todo un detalle del Sr Coronel, pues no hay residentes y el Comedor se acondicionó para nosotros. Tras la Metopa que ofreció nuestro Vicepresidente y el brindis de J. Castaño, regresamos a Las Palmas para acabar el dÃa con tapeo por Sta. Catalina, Club náutico etc.
El 29, sábado, se habÃa programado una excursión al Sur, empezando por Maspalomas. El programa era tan apretado que tras ver "la Charca" (donde Colón hizo la aguada en tres de sus cuatro escalas canarias) sorteamos el Faro, Meloneras etc, recordando las dunas donde lanzábamos los paracas en los años sesenta.
Directos a Puerto Rico, donde corrimos a coger el Ferry a Mogán para navegar hasta el Puerto de su nombre. Mar en calma, azul sin calima costera y poco tiempo para disfrutar de las increÃbles urbanizaciones de la zona, pues la comida estaba programada y apenas tuvimos tiempo de pasear el muelle hasta el restaurante previsto.
Buena paella, buen vino y a correr de nuevo, pues el Ferry no esperaba…en fin, la vuelta igualmente tranquila y la tarde libre. (Algunos a la Misa vespertina de la Virgen del Pino o Catedral).
El domingo, 30, era de "turismo Folklórico". Como la exhibición dominical de Coros y danzas que tradicionalmente se celebra en el Pueblo Canario resultaba imposible, (por obras prolongadas que también afectan al Museo Néstor y al Hotel Sta. Catalina, entorno inolvidable de los que disfrutamos las islas de los años sesenta del pasado siglo), nos trasladamos al prácticamente adjunto Parque Doreste. Allà disfrutamos de la Actuación de la Agrupación Chamida, quienes nos dedicaron temas especiales, danzas y foto de familia.
La comida fue por libre y con los restaurantes recomendados fuera de servicio, asà que creo interesante citar un restaurante aeronáutico (por las fotos y decoración), con un bar de copas a punto de inaugurar.
Lunes, 1, dÃa del regreso, otra excursión demasiado angustiosa por el excesivo programa previsto. Asà que decidimos recortar alguno de los infames trayectos obligados por la orografÃa interior de la isla. No subimos a la Cruz de Tejeda y procedimos directamente el JardÃn Canario, situado entre Tafira Baja y Tafira Alta y a la BasÃlica de Ntra. Sra. del Pino, patrona de la Isla, en Teror. (Según Internet está a 7 Km de Las Palmas, pero parecen 70, dadas las vueltas y revueltas necesarias para llegar. El regreso, directo, se hace más llevadero… y se puede quitar la segunda erre que merece la sede por el acceso interior).
Llegamos casi puntuales a la Comida contratada con el Gran Casino de Las Palmas, excelente en todos los sentidos, (bebidas, menú y servicios).
Después.... Equipajes, Aeropuerto y vuelo de vuelta. También en Iberia Exprés, que hizo honor a su "bajo costo" con casi una hora de retraso y vituallas a bordo insuficientes para avión a tope. Llegamos a Madrid a media noche "una hora más que etc...".
Aunque esta reseña tiene que ser forzosamente corta, hay que hacer constar la planificación y dedicación de Herminio Jarabo y Juan Castaño, autores del éxito que con el Vice Berto en los discursos y "metopazos", suplieron la ausencia del Jefe y de la indispensable Julia. Gracias. Los asistentes piden repeticiones... Solo nos cabe decir que "están en ello". Vale JRM