Alcázar de Segovia
DÃa soleado, aunque durante la visita al Alcázar no estorbaba un buen chambergo, como el del guÃa que nos acompañó por las gélidas estancias... Por las dificultades de aparcamiento nuestro autobús quedó lo suficientemente lejos como para que algunos protestaran de la largan caminata, sin apenas taxis y cuesta arriba. (la cuesta abajo hacia el comedor la subimos bien...)



El Alcázar de Segovia, construido entre los siglos XII y XVI, fue la residencia favorita de Alfonso X que aumentó su sabidurÃa batiendo una torre para observaciones celestes y celebró Cortes Generales en 1256. En 1762 Carlos II fundó allà el real Colegio de ArtillerÃa. En 1862 sufrió un enorme incendio gracias al cual (y a los detallados grabados existentes) podemos disfrutar de los espléndidos artesonados mudéjares como nuevos. Desde 1896 aloja el Archivo General Militar donde hay que acudir, entre otros fondos, para las Hojas de Servicios de los militares del Ejército español.



El recorrido se inicia en la sala de las armaduras del llamado Palacio Viejo y termina con la Sala de Chimia (laboratorio Academia de ArtillerÃa) con su interesante museo, que recorrimos a matacaballo, (o sea, como CaballerÃa a la carga). De todos modos pudimos contemplar lo más notorio de las diferentes Salas: del trono, de la Galera, de las Piñas, de los Reyes (con las 52 estatuas sedentes de los de Castillas y León), del cordón, de ajimeces, además de la Capilla, con sus retablos y la Sala de pintura moderna.







Tras el recorrido por el Palacio nos dirijimos, caminando, hasta el Restaurante José donde disfrutamos de un abundante y tÃpico yantar segoviano.



Tras dar buena cuenta del cochinillo y el ponche, quemamos algunas calorÃas paseando por la ciudad, regresando a Madrid antes del anochecer.


